El otro día, revisando fotos de archivo encontré las imágenes que vimos publicadas de nuestro piso cuando estaba a la venta. Cuando fuimos a verlo, supimos que era el piso que estabamos buscando, despues de haber visto tantos y a todos encontrarles pegas, este era ideal. Además, prácticamente estaba nuevo y no era necesario realizar grandes reformas... aunque por defecto profesional yo lo hubiera tirado todo abajo,
pero ya sabeis, la economía es la que manda... Sólo tubimos que cambiar las puertas y pintar.
En el post que os he preparado hoy, os enseño cómo estaba la cocina de origen, los acabados, el revestimiento y el mobiliario, así como la distribución de la misma no era de mi agrado, pero había que adaptarse así que le hicimos unos pequeños arreglos...
Esta era la fotografía que mostraba la cocina en el anúncio de venta:
Es la clásica obra de "reformas Pérez", donde no se tiene ningún criterio estético ni práctico, apenas tenemos enchufes (sólo en la zona de la encimera de cocina) y, aunque la cocina lo permite, apenas se había aprovechado el espacio. Fijáos en el detalle del mobiliario: molduras de remate en fórmica color haya y tiradores color cerezo... ejem, ejem...
El pavimento, y la encimera de granito no me gustan nada, pero lo hemos conservado. Lo único se es aceptable para mi gusto, son las baldosas blancas (a excepción de la cenefa) y el mobiliario, totalmente blanco. Y, ¿qué me decís de la carpintería de aluminio? Además el techo es también de aluminio que no me gusta nada...
Como veréis en cuanto podamos, la tiraremos abajo y la haremos nueva. Ya tengo bastante claro como será, sobre todo, porque mi intención es abrirla al comedor y tirar el tabique que la separa con el lavadero, ya os enseñaré el proyecto en otro post. Pero de momento, hasta que llegue ese día, así es como ha quedado el "lavado de cara".
Pintamos la cenefa en color granate para ocultar los dibujos que en ella se representaban y, también, darle color a la estáncia, los tiradores cerezo se cambiaron por otros en color aluminio, quitamos la incómoda barra y ubicamos un mueble semicolumna lacado brillante donde se integró el microondas (tubimos que sacar corriente desde el cajetín del lavadero, pues como he dicho antes, en esa pared no había ni un triste enchufe). Hemos ubicado una pequeña zona para comer en la entrada a la cocina y colocado una lámpara sobre la mesa, hemos sacado uno de los muebles que hay junto el fregadero para poder ubicar el lavavajillas (suerte que la medida del mismo lo permitía). Al cambiar las puertas, la de la cocina la pusimos corredera de cristal laminado blanco mate que da una apariéncia mucho más liviana al espacio.
Bueno, esta es mi cocina provisional...
Saludos, Cristina